jueves, 16 de octubre de 2014

The Simpsons Guy – El crossover entre Family Guy y Los Simpsons - La Columna de Logan.



¿Cuál es el momento más patético de tu vida? ¿Podes recordarlo con precisión, o tu mente intenta borrarlo del registro? ¿Sos de los que no tiene problemas en contar anécdotas patéticas tuyas delante de un público abundante plagado de extraños? Bueno, hace más de dos décadas, Matt Groening supuso que sería entretenido y exitoso exponer en un cartoon el lado más decadente de la sociedad norteamericana, y tuvo razón. La ignorancia de cada ciudadano, el consumo chatarra y un estado corrupto que se ríe de sus contribuyentes fueron los pilares de una serie que sazonó el drama con mucho humor, para que la crítica pudiera ser consumida sin cargo de consciencia. Una década después, Seth MacFarlane hizo lo mismo con otro cartoon, pero le agregó la violencia explícita naturalizada hija de films como Pulp Fiction, y hace un par de semanas, ambas series se cruzaron en uno de los crossovers más anticipados de la década. Hoy, en Tierra Freak, festejamos este hecho.


Springfield, Oregon... o Tennessee, o Nebraska, o Vermont, o...

¿Es posible condensar 25 temporadas de una serie y 12 de otra en un solo episodio de poco más de 40 minutos? Por supuesto que sí, solo hace falta la pericia de un grupo de guionistas que no se asusten ante el desafío y, por el contrario, utilicen el potencial de ambos shows para ofrecernos una aventura épica que quedará registrada en los anales de la televisión yanquie como un evento único e inolvidable que prácticamente no tiene competidor. Ojo: vivimos tiempos de crossovers, sobre todo en el cine, y en parte gracias al impulso que Marvel Studios le dio a la temática, y la televisión tiene un enorme historial cruzando series, sobre todo aquellos dramas dedicados a la resolución de crímenes, pero lo que sucedió el 28 de septiembre pasado carga con la categoría de único porque logró la convivencia de los dos cartoons yanquies más populares de los últimos 20 años (que podrían formar un podio con South Park), algo que requiere de un esfuerzo de producción por detrás que va más allá de un guión y convocar a unos actores a trabajar en comunidad con otros por primera vez. Por supuesto, si leyeron el título de la entrada de hoy saben que estoy hablando de “The Simpsons Guy”, el primer episodio de la 13ava temporada de Family Guy, que reúne a los protagonistas de esta serie con los afamados Simpsons.

Los Simpsons es, qué duda cabe, la serie inmortal por antonomasia. El tiempo pasa y no nos damos cuenta del mismo salvo por el cúmulo de pila de cosas que vamos adquiriendo y coleccionando y que nos cuesta un huevo y la mitad del otro limpiar u ordenar, o mover en caso de mudarnos. Con 37 años cumplidos, yo puedo decir que estuve ahí cuando Los Simpsons fueron un estreno, y por supuesto también cuando lo fue Padre de Familia (la traducción latina de Family Guy), y mi memoria, traicionera para algunas cosas, suele ser precisa cuando se trata de frikeadas, y recuerdo perfectamente el primer episodio que vi de ambos cartoons, y la mezcla de incertidumbre y emoción vividos en ambos casos. El año pasado nosotros, los argentinos, cumplimos 30 años de democracia, y Los Simpsons este 17 de diciembre próximo van a cumplir 25 años al aire de forma ininterrumpida. Si esos números no te ponen en perspectiva la magnitud de este evento, nada puede hacerlo. Podes opinar lo que quieras de los hijos pródigos de Groening, lo que se te cante, cualquier opinión es válida y bienvenida, podes sumarte al cliché Nac & Pop de darles con un palo a su actualidad, tildarlos de reiterativos, faltos de gracia y creatividad, achanchados, predecibles, carentes de alma, podes bardearlos de todas las formas que se te ocurra, lo que no podes hacer es negar que este mundo en el que vivimos se acercaría un poco más a una mierda de planeta si esta serie no hubiera existido. Y al final del día, la existencia de cosas como el crossover que hoy me enorgullezco de festejar aquí valida cualquier crítica negativa que cualquiera tenga hacia la, al parecer, incansable prolongación del aire de esta serie. Y amén de este evento, Los Simpsons fueron, son y serán una inagotable fuente de charlas en el medio, porque aún con cientos de detractores, no dejan de sorprender, y si no te basta con que hayan sido visitados por la peculiar familia  proveniente de Quahog, preparate para Simpsorama, el episodio que será emitido el 9 de noviembre en el cual seremos testigos de otro crossover épico: la familia amarilla favorita de los norteamericanos se cruzará con la ya difunta serie Futurama, en otro capítulo que seguramente será una delicia para los fans de ambos shows.

Peter meets Homer and The Worlds collapse

Volviendo a lo que nos interesa, nos convoca y nos reúne, querido lector, quiero que te quedes tranquilo: no vas a encontrar aquí un lugar en el cual, al menos desde el texto, vaya a spoilearte la experiencia de ver este evento. Quiero creer que cuento con las herramientas necesarias para animarte a que, si aún no lo has visto, esperes a que FOX LA lo transmita y lo hagas, o en su defecto utilices las bondades que te ofrece la web para poder localizar una copia digital con su correspondiente subtítulo, y te unas a aquellos que ya hemos podido disfrutar de esta experiencia. 

Tuve la delicadeza, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo que ha transcurrido entre el estreno del episodio y mi tardía respuesta en un artículo, de leer a algunos colegas y ver que opinaron sobre el evento. No puedo acusar sorpresa al descubrir que la mayoría no elevó la mejor de las críticas, como tampoco lo hago cuando alguien vapulea oralmente la actualidad de ambas series. Mientras me enterraba en soporíferos textos con aburridas descripciones que ganaban espacio ejerciendo una suerte de autopsia del plot y los chistes acumulados en esos 44 minutos, a base de mucho café y un buen puñado de cigarrillos, por supuesto, además de esbozar algún que otro bostezo pude verificar que al crítico promedio, dicho mal y llanamente, no hay poronga que le venga bien. Si vas a ser testigo de un combate de boxeo, la localía siempre es importante, y el público desde su lugar ejerce la presión que se espera para hacer sentir cómodo al local y amedrentar desde la tribuna al visitante, algo que, en mayor o menor medida, se da en casi todos los deportes. Era de esperar, entonces, que el tono y el ritmo narrativo de este crossover estuviera dictado por las leyes de la serie que daba cabida al mismo: Family Guy. Y así y todo, The Simpsons Guy bajo ningún punto de vista puede ser considerado un episodio más de Padre de Familia, porque comulga con su antecesora y la recibe con los brazos bien abiertos, no solo respetando la actitud y la presencia de las visitas –algo que desde el vamos cualquiera de nosotros hubiera esperado- sino también congeniando con ese otro universo amarillo aún a costa de sacrificar protagonismo, a tal punto que más del 70% del capítulo se desarrolla en Springfield

¿Pero que esperaba el televidente, cuáles eran sus expectativas? Si la dialéctica discursiva del obtuso crítico de la actualidad de Los Simpsons tiene su base en la pérdida de la identidad de la serie producto del achatamiento de los guiones y del extravío de la sencillez y, en parte, la inocencia que los mismos guardaban al principio, entonces aquí su fundamento se cae a pedazos, porque los productores de ambos shows se tomaron las cosas muy en serio cuando encomendaron a Patrick Meighan el guión para este episodio, y tuvieron en cuenta no solo la naturaleza y las diferencias de cada serie, sino también aquellos objetos, situaciones emotivas y personajes –tanto protagonistas como secundarios- que hicieron que cada cartoon calara hondo en el corazón de los televidentes. De hecho, si este crossover no se dio antes, no fue por falta de predisposición del equipo de Groening o el de MacFarlane, ambos vienen planeando esto desde hace años, pero no querían comenzar a llevar adelante esta producción sin antes asegurarse que el guión era el indicado para reflejar lo que ambos aman de sus series. Y una vez que lograron dar con el guión indicado, los detalles en la producción del mismo se siguieron ajustando paso a paso. En un alarde inconmensurable de destreza y tecnología, se tuvieron que hacer ajustes en el diseño de personajes y la animación de los mismos, para que todo fluya lo más natural posible, al punto tal que incluso se tuvo que atenuar el “blanco” que se utiliza en los ojos de los Griffins para que no pareciera que, al lado de los Simpsons, diera la impresión de que los miraban fijamente todo el tiempo.

Estoy más que seguro que, con este nivel de profesionalismo por parte de ambas producciones, y sobre todo después de haber sido testigo del resultado final de lo logrado, el escepticismo reinante en el fan promedio podrá finalmente quedar sepultado, junto con todos sus prejuicios, si se entrega al disfrute y deja que este guión, que no descansa un segundo para huir de la estigmatización de los crossovers, lo atraviese multidireccionalmente. Si leíste alguna previa, cumplieron con todo, si estabas esperando alguna relación de amistad, complicidad, un gesto de admiración, un desafío, una violenta riña producto de un malentendido o un equívoco, un viaje al pasado nostálgico de principios de los ’90 y también una furiosa cachetada del siglo XXI, todo está ahí, envuelto para regalo y dispuesto para el goce. Nos encontramos la semana que viene, acá, en Tierra Freak.

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